lunes, 14 de enero de 2008

Ausencia de sentido…

Hace algo mas de 15 días estaba con ensayo sobre la ceguera, y sobre algo similar gira este post. La percepción de las cosas, los sentimientos generados cuando perdemos uno de nuestros sentidos. La turbadora sensación de la oscuridad y el intento de agudizar el resto de nuestro ser para intentar captar una realidad que se nos escapa.

Usos insatisfechos, recursos inesperados, utilidad total, inutilidad parcial. Normalmente no utilizamos la imaginación y no vemos más allá del uso habitual de las cosas. Una corbata, un cinturón, unos pañuelos… todo tiene un uso alternativo.

Sentimiento de dominación, sentimiento de sumisión, obediencia ciega en un juego que es la vida, atrapados en un instante e irremisiblemente entregados a voluntades ajenas.

Roces voluntarios, roces consentidos pero no pedidos, encienden fuegos internos que iluminan nuestro interior mostrando aspectos de nuestra persona ocultos tras capas de culpa.

Y por fin nos liberamos de nuestras ataduras, y relajados ante el discurrir de los hechos valoraremos lo que significa tener alguien con quien hablar.

Sonando: Puede ser
Estado: Alfa… ;)

2 comentarios:

Neña Pantera dijo...

vaya vaya Sr. Overload...

podriamos discutir los usos alternativos de los pañuelos, cinturones, corbatas... tacones...

;)-<

Rous dijo...

CON LOS OJOS CERRADOS

Te conozco con los ojos cerrados,
te he recorrido
despacio con mis labios,
cada pezón tuyo,
lo he besado.
Se de esa cicatriz,
detrás de tu oreja cerca del sueño,
con mis manos
he cartografiado cada centímetro
de tu piel.
Puedo navegar sin que la luna esté,
puedo llegar a tu guarida
con mi mástil y sus velas abiertas,
sin encallar entre tus piernas.
Me podría volver loco
en tu oasis, ése
que se forma, antes de llegar al final de tu espalda.
No hay nada que me ocultes,
no hay nada que no me hayas entregado.

He estado tirado sobre tu cuerpo,
sobre tu playa,
como náufrago que despierta,
por los cantos que tus aves desperdician sobre el viento.
No soy tu dueño,
ni eres mía,
pero he recorrido tus habitaciones
entre puertas que me invitan
a cada pliegue,
a cada aroma.
Que tan cerca puedo respirar de tu alma
que tan perdido puedo estar,
cuando llegas al clímax,
y eso que te conozco....
y eso que recorro tu caminos
como fantasma que deambula, preso
de tus caricias.