martes, 7 de agosto de 2007

Naturaleza Efímera

Aprendiendo a valorar el momento, lo pasajero y perecedero. Vivir el ya, el instante...

Caemos en la trampa del tiempo, no vivimos el lacónico ahora, perdidos en un futuro que está por llegar, y cuando llegamos a esa circunstancia tan ansiada volvemos a caer en la trampa del mañana, perdiendo el instante.

El tiempo, tremendo invento, pero quien lo entiende, quien lo convierte en su aliado para poder completarse. Somos presa de nuestro tiempo, o más bien de la ausencia del mismo; viviendo la vida de forma apabullada, sin dejar huecos para realmente vivirla sin más...

Muros que derribar, puertas que abrir, ventanas a una nueva realidad… a una nueva vida, pasos que no damos, por miedo a lo desconocido, por temores basados en posturas inmovilistas, por conservadurismos arraigados en nuestro interior.

Porque nos dejemos llevar por cosas que no deben ser ejerciendo presiones innecesarias para conseguir cosas que queremos. La mayoría de las veces no somos conscientes de que gran parte de la culpa de todo lo que nos pasa reside en nosotros. En un ansía de un mañana, sin apreciar lo que vivimos en el momento. Los momentos que disfrutamos debemos hacerlos nuestros, conservarlos, y ellos solos harán que seamos ricos en experiencias, en vivencias; y sobre todo nos permitirá disfrutar de personas, que alejamos de nuestro por actos irreflexivos.

Sonando: Clocks
Estado: Idealizando…

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder que filosófico estás, si todo esto se resume facilmente con un: CARPE DIEM.

Ala, hasta mas ver.... ;)

Susana