lunes, 30 de mayo de 2011

Sushi para dos...

El caso es que estoy aquí sentado, delante de un plato con unos makis, dos niguiris y los dim sum de siempre... pensando, dando vueltas, publicando lo que no debería publicar. Y es que ya no tienen sentido muchas cosas; no sin poder compartirlas. Ya hace un tiempo que no soy capaz de terminar el plato, cada vez pido menos. Y se me quita el hambre... Ya no quiero mas cosas para uno...

Aun recuerdo aquel primer día, y todos los que le siguieron... días que recuperaría. Días que no quiero que caigan en el olvido. Días que siempre suman... Aun recuerdo aquel primer día en el que pensé que nunca sería posible.

Mucho silencio me ronda en estos tiempos. Silencio impuesto para no decir cosas que no debo, silencio impuesto para evitar errores, heridas pasadas. Silencio a medias; si estas teclas hablasen... si mostrasen todos los secretos que guardan... Pero se acabo el silencio.

Aunque sobre todo, ese silencio, me ahoga, por querer y no poder; por que se ha quedado atravesado en migarganta. Tengo que sacarlo y no puedo. No debo.

Destacaría lo fácil, destacaría lo sencillo; lo completo que siempre me haces sentir. Lo normal, lo corriente, lo habitual y lo singular... Lo apretado.

Porque has cambiado mi mundo. Has eliminado fantasmas, has recuperado ilusiones... Y entiendo que las cosas son como son... Que las decisiones son difíciles, y que las presiones del día a día nublan todo lo que rodea. Yo he dado un paso adelante, he asumido el riesgo que me corresponde... El que no quería afrontar.


Y quiero; y creo...


Creo en ti y creo en mi, en que juntos seremos más, seremos mejores. Quiero creer, debo creer. Ofrezco lo que tengo, ofrezco lo que soy... Mucho contigo, nada sin ti.

Sonando, de forma incansable: Eres - Horas
Estado: